lunes, 5 de diciembre de 2011

Las horas a tu lado pasan tan rápido... Anochecemos abrazados, amanecemos bajo el manto de la tenue luz de la mañana, y lentamente se dibuja en tu rostro una sonrisa, que a deshora afirmarás que no es nada más que una reacción, que a la vez no se ilumina tu mirada ni sientes tintineo en tu interior... Me enloqueces.
Desatas mi rebeldía, aflojas mis sentidos, amenas mis latidos... que estremecidos juegan entre tus brazos.
Entibias el café y mientras me sonríes, me preguntas que querré para comer y me acaricias con la mirada.
Odio querer odiarte, porque eres lo mejor que me pasa al acabar la  jornada, lo más bonito que tengo cuando despierto en otra cama, eres todo aquello que logra desordenar mi caótico mundo... odio tu forma de cerrar tus deseos, de verme como un cuerpo desnudo, al que no darás amor nunca, al que jamás besarás con los ojos ciegos de pasión...
Mientras  me hago la dormida me acaricias como nadie lo ha hecho, me abrigas y, al despertar, sigue tu firme postura de no amarme, de no mezclar tu corazón en esto y, yo me pregunto, ¿De qué tienes miedo?
Es fácil engañarte... puesto que aunque sonrío al acariciarte (cuando me pides como un niño que te acaricie de ese modo que tanto te gusta) sin que me veas, aún crees que no desatas nada en mi mirada.
No te asustes, no te quiero, pero asume que esto ha llegado mucho más lejos de una cama en la que jugamos desnudos.





-Tatiiuru.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Hoy... soy consciente de todo, y aunque no todo esté en su mejor punto, yo me siento bien.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Tú me enamoras, pero no quieres sentarte a mi lado, ni yo al tuyo.
Acostumbrada a manos que solo quieren tocar mi pelo, sin rozar mi alma, a ojos que no ven más allá de mis pupilas, acostumbrada a caer porque me sueltan... Por eso y por muchas cosas más yo quiero estar con él... ya que nadie nunca me ha mirado con tanta sinceridad, nadie me ha querido nunca tanto.. y me siento bien y amada, me siento comprendida, me siento protegida...
No te quiero, no te siento, no te extraño... pero necesito que me mires un rato mas.


-Tatiiuru.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Amo el otoño...
Me gusta el romanticismo del atardecer, los tonos anaranjados de las hojas al caer... me gusta encenderme el primer cigarrillo de la tarde, apretarlo con la misma mano temblorosa que agarra el café que habré comprado para llevar, bajo un paraguas que inquieto intenta salir volando de mis manos.
Sonreír con el pelo en la cara, y no pasar las canciones del reproductor, por no sacar las manos de los bolsillos, así no se enfrían.
Llegar a casa, y desprenderse del pañuelo húmedo. Sacarse las botas y sentarse en el jardín con la chaqueta de punto, en la mesa de madera levemente manchada de moo, mientras me sumerjo en la más sutil fantasía descrita en el libro que habré encontrado en la estantería de sueños aún por leer.
Una impertinente gota otoñal me hará despertar, haciéndome volver al mundo real, pero por un momento, habré estado rodeada de un brisa que sin ser viento, me estremece. Adoro el otoño.





-Tatiiuru.

domingo, 30 de octubre de 2011

Sentarnos en la misma cama y solamente mirarnos, es justamente lo que necesitaba.
Aspirar inconsciente el humo de tus labios... me encanta. No necesito nada más que verme en tus ojos.
No pierdo la cabeza por ti... tampoco tengo ya esas ganas de encontrarme.
Aún así... nunca seré tuya.


-Tatiiuru.

viernes, 28 de octubre de 2011

A mi me importo yo, y hoy voy a ser feliz.
Voy a ser esa gota de agua que cae entera al suelo, y se solidifica ante el invierno. Voy a ser esa roca dura, que antes de hundirse, rebota en el agua intentando salir a flote, llegando hasta el otro lado del río. 
Mis botas sucias están cansadas de perseguir melodías, por eso hoy las dejo a un lado y camino despacio, pero observando por donde avanzo. Y si las cosas se ponen duras, yo me endurezco y ando. 




-Tatiiuru.