Involucrarse... ese es el problema. Conocemos a alguien, nos acostamos con esa persona y nuestro cerebro automáticamente se involucra de algún modo con esa persona. A diario dudamos sobre lo que sucede y tememos equivocarnos. ¿Y si él no se ha involucrado? ¿Y si sólo se aprovecha de mi debilidad en el ámbito sexual? ¿Y si ahora mismo está en la cama de otra persona?. Hay dos tipos de personas, las que se plantean esas dudas y las que las originan. Bien, yo soy de las que se las plantea.
Está el punto en el que todas esas preguntas pasan por mi cabeza, a continuación una lluvia de posibles respuestas vacilan en mi mente, diciéndome que no me preocupe, que no tengo que darle vueltas si sólo comparto sexo con esa persona. Otra parte me dice que no importa si esa persona se acuesta con otras, si de todos modos a mi no me debe nada...
Y finalmente nos preguntamos ¿De verdad merece la pena pasar por esto?, que más da, conoceremos a alguien que también se involucrará, o quizás esa persona también esté involucrada en cierto modo, pero, ¿Como confiar en alguien a quien no conocemos?, más si hay algo que te dice que no confíes en él... Al final, esperamos ese compromiso hacia nosotros, esa comprensión ...
Y como dijo Mario Benedetti: "Quien lo diría, los débiles de veras nunca se rinden."
-Tatiiuru.